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Reflexión
Un voluntariado este verano?.. ve con cuidado!
Comenzamos un nuevo año con decenas de propósitos. En unos meses llegará el calor, después el verano, y con ello las vacaciones y el auge del espíritu de ayudar y cooperar. La solidaridad está de moda, y esto es bueno si se hace bien, pero puede ser muy perjudicial en caso contrario.
Hacer un voluntariado no es ir a vivir una experiencia, es ir a trabajar. Y para ello, no todo vale. Debemos apostar por la misma excelencia que en cualquier otro puesto de trabajo. Lo que exigimos en cualquier empleo —formación, compromiso, valores, responsabilidad, ética, moral— debemos exigirlo también en esta labor. El voluntariado es trabajo, compromiso, respeto, colaboración, empatía y humildad.
Mi tiempo en América Latina como voluntaria me ofreció una experiencia valiosísima que amplió mi perspectiva y profundizó mi comprensión de la cooperación internacional. Trabajé durante varios años con algunos misioneros y cooperantes que me transmitieron el amor hacia los más vulnerables, abandonados a su suerte, sin ningún futuro y absolutamente marginados por la sociedad. Cada día me recuerda por qué elegí este camino y me motiva a seguir aprendiendo y creciendo como cooperante.
Ha sido fascinante y transformador. Ha cambiado mi forma de ver la vida y ha enriquecido mi existencia de formas inesperadas. Me siento afortunada de haber vivido estas experiencias que cambiaron mi comprensión del mundo. Mi deseo es compartir este conocimiento y ayudar a las personas a despertar a una comprensión más profunda sobre la acción de voluntariado.
El voluntariado es un viaje continuo de mejora y aprendizaje, en el que constantemente nos desafiamos a nosotros mismos para hacerlo mejor y ser más efectivos en nuestra labor. Esto implica estar abiertos a recibir retroalimentación, aprender de los errores y adaptarnos a medida que surgen nuevos desafíos y cambian las circunstancias.
El voluntariado no es postureo, influencers, youtubers, volunturismo, reconocimiento, imagen ni heroicidad. Debemos apostar por la excelencia: es necesaria una buena formación y profesionalidad. La voluntad de ayudar en lo que sea necesario no es suficiente. El candidato puede tener un corazón dispuesto a ayudar y salvar el mundo, pero a menudo lleva consigo un profundo desconocimiento, una mochila cargada de prejuicios y verdades a medias.
Debemos ser capaces de ir sin cámara de fotos y sin móvil, capaces de no tomar ni una sola fotografía. Es la mejor manera de evitar la tentación de subirlas a las redes. Hay que respetar la privacidad de las personas y evitar pensar que somos indispensables y que en un mes podemos cambiar el mundo.
No debemos caer en la trampa de creer que, por ser pobres, tienen que aceptar cualquier trato y circunstancia con una sonrisa en los labios. Ser pobre no significa tener que aceptar medicamentos caducados, comida fría o en mal estado, ni que su imagen o historia personal se difunda sin su consentimiento. Son pobres económicamente hablando, pero no en dignidad ni en derechos. Tienen el mismo derecho a la intimidad y, por ello, merecen ser visitados con discreción y respetando el secreto profesional. Ellos no son menos, y nosotros no somos más. Es una relación de igualdad, horizontal. No son el contenedor de nuestros excesos ni el túnel de lavado de nuestra conciencia. Y no debería ser así.
“Siempre sonríen, son felices aunque no tienen nada.” Esta es la primera impresión. Luego aprendes que, muchas veces, es una sonrisa social y cultural de acogida y agradecimiento hacia nosotros.
Por mucho esfuerzo de empatía que hagas, por muchos días que pases con ellos, debes tener la humildad de reconocer que no tienes ni idea de lo que es tener hambre de verdad, comer cada dos o tres días, cargar diez kilos de material a la espalda para vender en las calles durante kilómetros, dormir en el suelo noche tras noche o vivir diariamente diferentes formas de violencia, tanto en casa como en la calle.
Tú, en cualquier momento, puedes tomar un avión y regresar a casa. Has elegido libremente ir, y puedes volver cuando quieras. Ellos no pueden elegir. Con estas palabras no quiero desanimar a nadie a hacerlo, al contrario: quiero animarles, pero siempre con el máximo respeto, dignidad y profesionalidad. Para ello, debes exigir una formación previa profunda y conocer muy bien tanto la ONG de origen como la de destino (la entidad que te acoge, bajo qué condiciones y criterios, cuáles son tus derechos y obligaciones, tener muy claras tus tareas y firmar un contrato). Solo así tu voluntariado tendrá sentido. De otra forma, será “un viaje diferente”.
No debemos asumir que tenemos todas las respuestas o que sabemos qué es lo mejor para los demás; debemos escuchar con atención, aprender de las personas a las que servimos y trabajar conjuntamente para encontrar soluciones sostenibles centradas en las necesidades reales de las comunidades con las que vamos a trabajar.
En resumen, en el ámbito de la cooperación, la formación y la ética son fundamentales. La buena intención es un punto de partida, pero no suficiente. Los que no colaboran suelen ser etiquetados de egoístas, mientras que quienes lo hacen suelen ser acusados de paternalismo, racismo o de adoptar el rol de “salvador blanco”. Es una realidad compleja y llena de matices que no podemos ignorar.
Te animo a actuar, sin perder el entusiasmo, pero con los pies en la tierra. Fórmate e infórmate correctamente. Te invito a embarcarte en este camino, pero sé receptivo a las críticas constructivas y al aprendizaje continuo, con humildad. Te animo a mantener un equilibrio entre tu entusiasmo y la realidad. Hay que reconocer las limitaciones y las complejidades de la labor de cooperación, pero sin dejar que te paralicen. Mantén viva tu pasión por ayudar a los demás, pero hazlo de manera informada y reflexiva.
Carla Riestra, presidenta de Cooperand amb Llatinoamèrica .
Requisitos objetivos
- Mayor de 21 años
- Trabajo con infancia y mujer
- Educación, salud, terapia y orientación
- 30 días mínimo estancia
- Formación presencial 30h
- Acción social previa 20h
El voluntariado de Cooperand trabaja para transformar y movilizar a la sociedad civil, fomentando la corresponsabilidad social, con la finalidad de contribuir a la construcción de una ciudadanía crítica que actúe para conseguir un mundo más justo.
Cooperand selecciona y forma al voluntariado a lo largo de los meses de Septiembre a Junio. En el transcurso de las jornadas de formación, se abordan todos los temas que un voluntario debe conocer con el fin de que su labor sea de provecho para todas las partes:
Viaje: Documentación, seguros médicos, vacunas, equipaje, billetes y temas de interés.
Motivación: Sentido del voluntariado
Destino: País, datos de interés y choque cultural
Los niños de la Calle: Problemática y situación
Hogares: Casas de acogida en destino y sus especificaciones
Talleres de actuación: Según perfil del voluntari@ se elaboran talleres para destino.
Para ello se cuenta con personal de Cooperand, profesionales de la sanidad, educación y testimonios directos de voluntari@s con experiencias ya vividas.
Los interesados en participar en la acción de voluntariado de Cooperand deben, así mismo, acumular un mínimo de horas mensuales en alguna acción social en el país con la entidad que elijan, durante los meses de Mayo y Junio. De esta forma todos ellos pueden evaluar su reacción personal ante situaciones a las que no han estado acostumbrado antes y, además, desarrollan su perfil solidario con personas necesitadas en Andorra, abriendo la puerta a una futura colaboración a largo plazo con las entidades que hayan trabajado una vez terminen su acción de voluntariado internacional sobre el terreno. Cooperand intenta dar a conocer a todas las personas que llegan a ponerse en contacto con nosotros y sensibles al mundo de la cooperación y el voluntariado, las diferentes acciones sociales que se llevan a cabo en el país.
Al mismo tiempo, Cooperand, imparte programas educativos enfocados a la solidaridad a la juventud andorrana en escuelas y federaciones así como fomenta y promueve las RSC de empresas privadas del país, impulsando la cadena solidaria que implica esta actividad solidaria. El voluntariado participa de estas actividades al volver de su experiencia para ser compartida con otras personas fomentando la participación y compromiso de la ciudadanía.
El voluntariado puede ser de corta (mínimo un mes) o larga (mínimo un año) duración. En función del perfil personal, académico y/o profesional de cada uno de los solicitantes, Cooperand los destina a uno de sus proyectos sobre el terreno.
Cooperand recibe y asiste en el viaje al cuerpo de voluntarios que inicia su actividad, con el fin de mejorar su llegada a destino de la forma más eficiente. Al mismo tiempo, el personal local de Cooperand en destino, recibe a aquellos que llegan en otras fechas y ofrece soporte y acompañamiento a cualquier incidencia que pueda presentarse sobre el terreno.
Una vez instalados, las tareas diarias del voluntario variarán en función del destino. El voluntario colaborará directamente con los responsables de los Centros para implantar talleres de actividades que se hayan preparado en origen si fuera posible.
El voluntario asume los gastos de transporte entre origen y destino junto con el seguro médico internacional que le cubra sobre el terreno (de obligado cumplimiento), así como los gastos médicos (vacunas, fiebre amarilla obligatoria, y certificados). Una vez en destino el referente correspondiente ofrecerá sus instalaciones para que el/la voluntari@ pueda pernoctar, asearse y alimentarse sin coste alguno.
Al finalizar la acción se solicita al voluntari@ un informe de su experiencia personal y, en algunas ocasiones se solicita su presencia en actividades posteriores de concienciación en origen, ya sea en acciones con los medios, cursos de formación o actividades específicas.
- Equipo de 30 profesionales
- 180 proyectos humanitarios y de desarrollo
- 20 años de Cooperación
- Formación y gestión de 400 voluntari@s
- Testimonios = experiencias únicas