LAIA GUERRERO - 2024

El 30 de junio de 2024 comenzó la aventura una vez más, me iba de voluntariado internacional, pero esta vez me dirigía a Latinoamérica, concretamente a Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. Por un lado, me gustaría agradecer a mi compañera de viaje, María. Las dos hemos sido las responsables y dinamizadoras del Oratorio (el centro que llevamos a cabo durante todo un mes en la escuela Renata Preto del Plan 3000). Me gustaría destacar el buen tándem que hemos formado. Nuestra iniciativa, motivación, ganas de compartir y de aportar a todos los niños y niñas han hecho posible que el Oratorio haya sido todo un éxito.

Por otro lado, aprovecho para valorar cómo ha sido mi voluntariado y cómo me he sentido durante este mes. En mi caso, aunque decidí volver antes de la fecha prevista, valoro positivamente mi voluntariado. Considero que Cooperand ofrece una gran oportunidad para conocer de primera mano la cultura “Cruceña y boliviana” y nos permite sumergirnos en el día a día del Plan 3000 y compartir con los locales. Me llevo una muy buena experiencia que, sin duda, nunca olvidaré. También me gustaría destacar la labor de Cooperand en terreno y el trato recibido por parte de algunos miembros del equipo de Cooperand. En concreto, la dedicación, atención y cariño que ha mostrado José Luis, el director de la escuela y coordinador de Cooperand en terreno hacia nosotros. De nuevo, agradezco la oportunidad que me ha dado Cooperand para poder realizar este voluntariado. Les doy las gracias por confiar en nosotras para llevar a cabo por primera vez el Oratorio, que nunca antes se había puesto en marcha. Me llevo muy buenas sensaciones y aprendizajes del proyecto y ojalá que continúe creciendo. Espero que esta prueba piloto del “Oratorio” que hemos llevado a cabo nosotras (María y yo) y con la dedicación, tiempo y ganas que le hemos puesto, continúe creciendo el próximo año con otros voluntarios.

Respecto a mi implicación en el voluntariado, me gustaría decir que estoy muy orgullosa de la labor realizada durante este mes en el Plan 3000, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. Creo que he dado el 500% en todo momento, que me he implicado en todo lo que hacía intentando que todos se sintieran a gusto y que todos estuvieran integrados en las dinámicas. El trabajo con los niños y niñas ha sido muy enriquecedor, aun sabiendo que viven en contextos vulnerables y que a veces nos encontrábamos con situaciones bastante difíciles de afrontar. Creo que este mes ha sido muy duro en cuanto a gestión y planificación de todas las actividades, contando con los pocos materiales que teníamos y con el inconveniente de trabajar con grupos muy numerosos de niños y niñas de todas las edades en un mismo grupo, pero al mismo tiempo también considero que ha sido muy gratificante y satisfactorio por todos los resultados obtenidos.

Finalmente, decidí volver antes a casa, ya que después de todo el mes trabajando duro para sacar adelante el proyecto, planificando un total de más de 150 horas, liderando y dinamizando los grupos y dando todo y más de lo que podía dar, sentía que era el momento de parar. Después de darle muchas vueltas, de valorar pros y contras, me decanté por la opción de volver 15 días antes de lo previsto. Solo puedo dar las gracias a todas aquellas personas que han formado parte de esta maravillosa experiencia (a la “Hna. Leonor”, al director de la escuela, entre otras personas que han hecho la experiencia mucho más enriquecedora). También doy las gracias por haber podido conocer de primera mano la cultura boliviana y por haber podido compartir con todos los niños y niñas todo lo que sé. Como me gusta decir, la magia de “intercambiar saberes”. Me llevo muchos aprendizajes que se suman a mi mochila viajera. Experiencias que, sin duda, me han hecho crecer como persona y, en mi caso, me dan herramientas para crecer también profesionalmente como trabajadora social.

“¡Hasta ahorita Bolivia!”

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