La experiencia personal fue maravillosa, y me hubiese quedado quedarme dos meses más, al menos, para acabar el trimestre escolar con los chicos. En casa las hermanas, a parte del horario —que es fundamental—, nos trataban maravillosamente y me quedo con un súper recuerdo. Las clases tanto con la profe Yeni como con Eylin se desarrollaron estupendamente y fueron muy acogedoras.

El refuerzo escolar igual, se necesitaría 2 profesores para acoplar todos los niños y los diferentes niveles académicos. Cuando Porfino se accidentó y tuvimos que llevarlo al acopio solas con Urgell fue un poco intenso ya que nos faltaban algunas herramientas.

Y para un futuro, lo único sería una casa de voluntarios independiente. A todo esto, no puedo describir el impacto del voluntariado en mi vida. Fue una experiencia única y mágica y espero poder volver.