BEGOÑA FERNANDEZ - 2024
Mi nombre es Begoña María Fernández Ruiz, tengo 24 años y el curso que viene estudio 6o de Medicina en la Universidad de Cádiz. El voluntariado lo he realizado en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) con la ONG Cooperand desde el 7 de julio hasta el 19 de agosto de 2024.
Llegué el 8 de julio al hogar Don Bosco, donde 5 voluntarios y yo nos alojamos en casa Anita, dentro del hogar, ese mismo día nos explicaron donde íbamos a desarrollar cada uno de nosotros nuestra labor según nuestro perfil. Ellos 5 se quedaron dentro del hogar Don Bosco y yo fui Mano Amiga.
Mano Amiga es una casa de acogida temporal para niñas y niños desde los 5 a los 12-13 años en situación de alto riesgo social, sobre todo víctimas de abuso sexual y violencia. Cuando llegué había 42 niños y niñas, fue una suerte para mi estar allí. El primer día que los conocí fue el 9 de julio, lo primero que me preguntaron fue hasta cuando me iba a quedar con ellos, se alegraron mucho que fuera “harto tiempo”. Aún estaban de vacaciones y se encontraban de campamento en Barrio Juvenil así que pintamos piedras, hicimos manillas y bailamos mucho.
Al día siguiente ya si que nos fuimos al hogar Mano Amiga porque hacía mucho frío en el campamento y continuaron de vacaciones dos semanas más. Yo iba desde las 7.00 hasta las 15.00, la dinámica era levantarlos, peinar a las niñas, desayunar a las 8.30 y hacer oficio, ya sea limpiar jardín, cancha o comedor, a las 10.00 tomábamos una pieza de fruta o gelatina y cuando terminaban hacíamos juegos con ellos o veiamos la televisión. A las 12.30 almorzábamos y luego hacíamos repaso, sobre todo de matemáticas, y luego más juego hasta la hora de irme. Más tarde iba a Don Bosco, el cual se divide en San Francisco los más pequeños, Magones los medianos y Carlos Acutis los mayores, y jugaba con ellos a fútbol, hacíamos manillas o simplemente nos sentábamos a charlar un rato. A las 16.00 tomábamos un pan con té y a las 19.00 cenábamos. Cuando las vacaciones acabaron mi horario cambió y pasó de ser desde las 12.00 hasta las 19.00 en Mano Amiga.
Rezábamos el rosario de lunes a viernes de 18.00 a 18.30, los sábados y domingos íbamos a misa por la mañana. Antes y después de comer también rezábamos.
Desde mi experiencia uno de los puntos clave a la hora de realizar un voluntariado es integrarse en las actividades que ellos tienen establecidas, si están limpiando, ayudarles, si están rezando, rezar. La confianza que los niños depositaron en mí desde el minuto 0 es de las cosas más bonitas que ha tenido el voluntariado, todo lo que tienen te piden que se lo guardes, me regalaban manillas que hacían, sus peluches. Cada mañana me esperaban con un abrazo y un “tía te extrañé en la noche”. Esta experiencia no solo me ha permitido crecer a nivel personal y profesional, sino que también me ha dado la oportunidad de aprender muchísimo de los niños. Estoy agradecida de ello.
Mi motivación principal para unirme a este voluntariado con niños fue intentar darles ilusión para que estudiaran. Admiro la capacidad de adaptación que estos niños han demostrado tener, son unos resilientes que cada día me han recibido con una sonrisa, ojalá todo el mundo tuviera la suerte que tuve yo de poderles conocer.
Una de las cosas que más me gustaba hacer era ir a recogerles del colegio, me soltaban sus mochilas y me agarraban de la mano mientras me contaban que habían hecho ese día en el colegio. Varias niñas de Mano Amiga tenían a sus hermanos en el hogar Don Bosco, una de ellas cada mañana se guardaba el desayuno que le daban en el cole para dárselo a su hermano al pasar por delante del hogar Don Bosco
Una de las veces que estaba en el hogar bebimos un batido que me gustó mucho, al dia siguiente les dieron ese mismo batido en el cole y una de las niñas no se lo bebió para traérmelo, ellos te dan todo lo que tienen.
Intentas no tener un favorito, pero cada mañana Santi era la primera persona a la que buscaba.
El día del encuentro de hogares interno se celebró el 16 de agosto en el que se reunieron Mano Amiga, Don Bosco, Barrio Juvenil y Techo Pinardi. El 17 de agosto, se celebraban 209 años del cumpleaños de Don Bosco y se juntaron más de 1000 niños de los diferentes hogares donde realizaron diferentes actividades, a mi me tocó el bazar de ropa.
Esto fue lo peor del voluntariado, la despedida.