Meri Álvarez

Todo empezó en junio del 2016 cuando nuestra hija hacía la Primera Comunión y como regalo pidió que amigos y familiares colaboraran para iniciar el apadrinamiento de una niña del Hogar Casa Main, en Bolivia. La gente se implicó mucho. Así que, de hecho, todos forman parte también de ese apadrinamiento.
Aún recordamos la emoción con la que abrimos la carta que nos llegó de Cooperand. Ese correo nos revelaba el nombre de nuestra ahijada… y desde el momento en que vimos la foto de Rosario, ya nos encariñamos de ella. De eso hace ya 6 años. 
Pero lo verdaderamente bonito de esta historia es haber tenido la oportunidad de conocer a Rosario personalmente. En agosto del 2018 fuimos a Bolivia de vacaciones y fue maravilloso poder estar con ella. Pudimos ver donde estudiaba, vivía y lo mucho que la cuidan, a ella y a las otras niñas. Creemos que ese fue un momento único.
En ese viaje nos dimos cuenta de la GRAN labor que hace Cooperand, de la necesidad de recursos y de la cantidad de niñas que aún esperan ayuda, aunque sea en la lejanía.
Animamos a todas las personas que puedan aportar esa ayuda tan necesaria para que el proyecto siga avanzando. 
logo