Rut Escoda
Decidí amadrinar a mis ahijadas cuando haciendo mi voluntariado a casa Maín vi la relación que creaban las niñas con sus familias andorranas. Una relación de complicidad en la distància. Una relación en la que se preocupan unos por otros y se dedican sus mejores deseos.
He tenido la suerte de conocer a mis ahijadas i compartir pequeños momentos con ellas. Ahora, gracias a Cooperand, seguimos en contacto, aprendiendo de ellas y viendo como con el tiempo crecen y evolucionan. Saber que mi pequeña aportación y los intercambios con ellas las hacen sentir tan especiales como me siento yo cuando recibo sus cartas me llena de ilusión. Entre todos podemos crear un mundo mejor.
He tenido la suerte de conocer a mis ahijadas i compartir pequeños momentos con ellas. Ahora, gracias a Cooperand, seguimos en contacto, aprendiendo de ellas y viendo como con el tiempo crecen y evolucionan. Saber que mi pequeña aportación y los intercambios con ellas las hacen sentir tan especiales como me siento yo cuando recibo sus cartas me llena de ilusión. Entre todos podemos crear un mundo mejor.